"Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y broto pronto, porque no tenia profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenia raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cual a ciento, cual a sesenta, y cual a treinta por uno." (Mateos 13.3-8).
El señor Jesús precisó explicar esta parábola a sus discípulos, porque ellos no entendieron (veamos los versículos 19 al 23). “Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino”. O sea, la persona va a la iglesia, escucha la palabra de DIOS, pero no entiende, no comprende, y sale de la iglesia pensando: “¿Qué es lo que el pastor quiso decir con eso? “ Entonces, antes que esa persona pueda comprender lo que escuchó en la iglesia, el diablo viene y arranca aquella semilla, para que no piense más en aquello. Él no quiere que la personas piensen o razonen; lo que él quiere es que la persona sienta.
El diablo se apresura para que el ser humano no use el intelecto, o ejercite su capacidad de raciocinio. Él hace esto por que sabe que es vencido en el momento en que el ser humano descubre el potencial que tiene. El diablo no quiere que la persona piense, para conocer la verdad, a fin de que esta verdad la libre.
El grupo que corresponde al que fue sembrado en el suelo rocoso, es formado por las personas que oyen la palabra, la reciben con alegría, pero no tienen raíces en sí mismas. Esto significa que estas personas, cuando viene la angustia, o las persecuciones por causa de la palabra, de inmediato se escandalizan y abandonan la fe. Esta falta de raíz pasa porque estas personas son llevadas por el sentimiento, por la fe emotiva. Ellas toman decisiones con base en la emoción y no al raciocinio .
Muchos, cuando toman conocimiento de la campaña en la iglesia universal por la transformación de vida, por ejemplo, de inmediato aceptan y dicen: “Yo quiero participar” ¿pero, qué es lo que las motivó a participar de una campaña como ésta? Muchas veces es por el deseo de querer cambiar de vida, simplemente. En otros casos, ella decide participar solo porque el pastor habló. Ella piensa: “El pastor es la autoridad instituida por DIOS, entonces haré lo que él está hablando”. Sin embargo esta persona no raciocinó sobre las razones que la llevaron a tal actitud y no se hizo a si misma la simple pregunta: ¿por qué participar de esta campaña?